El mes pasado vimos como surgieron otros tipos de géneros cinematográficos de los ya existentes hasta entonces, pues Hollywood había conseguido monopolizarlo todo gracias al control masivo de los estudios cinematográficos.
Entre
otros, el Musical y el Western, que aunque en un principio
fueron muy bien acogidos por el público, en ambos casos, sobre todo con el
último, terminó por haber una saturación de ideas y la mayoría de guionistas ya
escribían siempre sobre lo mismo.
También
debido a la famosa Caza de Brujas de McCarthy, los cineastas empezaron a
salir de EEUU para poder trabajar, como sería el caso de Chaplin. Y es así como Europa empezaría a crear sus propios
géneros, una temática que les llevaría a formar parte de la historia del cine.
En los años
60 Hollywood se volvió a llenar de
buenas ideas y resurgió una vez más de sus cenizas.
Y es
que fue una etapa en la que la innovación tanto en espectáculo como en los
medios técnicos consiguió que las salas de cine volvieran a llenarse de gente.
Nació
el Cinemascope, un sistema que
conseguía filmar las películas en 35 mm y después a la hora de proyectarlas,
permitía cambiar la proporción para verlas mejor. Aunque ahora nos parezca algo
poco interesante, para la época fue uno de los descubrimientos más importantes
en la Historia del Cine, pues
gracias a él podemos tener hoy todo tipo de formatos, incluido el panorámico.
Muchas
películas empezaron a rodarse en Europa por ser los costes más baratos. Así es
el caso de Ben Hur y Cleopatra en Italia o El Cid en España.
Y
hablando de cine europeo, las corrientes siguieron creciendo.
Ingmar Bergman en Suecia creó el cine Introspeccionista,
dando énfasis a la psicología de las personas y a sus miedos y angustias.
En algunos países en los que no se había conseguido
instaurar la democracia, surgieron algunos cineastas que defendían la libertad
del pueblo y de su expresión tanto personal como artística. Algunos de ellos
fueron Polanski en Polonia, Kozintsev en la URRSS y Buñuel, Berlanga o Saura en
España.
El cambio más importante que trajo la década
de los 60 es que se inició la grabación de cine y series para televisión,
sobretodo estas últimas.
Muchos cineastas empezarían su formación en
televisión para después pasarse al cine y viceversa.
Serían estos directores los que terminarían
por crear el cine Underground, un
tipo de cine nada comercial que se oponía al cine Hollywoodiense y que se
basaba sobre todo en las corrientes artísticas del momento. Era algo bastante
abstracto.
Algo muy importante de esta década es que el Star System acabó por desaparecer. Y es
que la creación de nuevos géneros anti comerciales y europeos hizo que los
actores y directores quisieran ser libres para trabajar en lo que ellos
decidieran y no lo que los estudios les decían.
Se había acabado la hegemonía de Hollywood.
Este mes queremos, como siempre, recomendaros
dos películas que expliquen un poco todo lo que os hemos contado y así
entendáis un poco más de esta década.
La primera es Cleopatra, una magnífica producción hollywoodiense al más puro
estilo comercial que se convirtió en el inicio del llamado género Péplum, que contaba historias
legendarias o reales de la Edad Antigua.
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