miércoles, 3 de febrero de 2016

Crítica de 'Creed. La leyenda de Rocky'



Estamos ante una de estas películas donde, antes de entrar a verla, estamos un poco divididos. Por un lado, sigue siendo la continuación de una saga, de toda una leyenda como es el personaje de Rocky Balboa. Tienes ganas de saber más sobre él.

Por otro, uno puede llegar a pensar si una séptima entrega era necesaria. Si esta nueva película todavía puede sorprenderte o la saga está ya tan magullada y vieja como el propio Stallone. Bueno, pues al final, el film no es ninguna de las dos cosas.

Quizás venga con la etiqueta de Rocky VII pero realmente es todo un spin-off, con elementos característicos de dicha saga, pero también los suyos propios. Es el comienzo de Creed, y no la continuación de Balboa. Esto último es su punto más fuerte, pero también el más débil.

Es cierto que tiene sus propios elementos, pero tan cercanos y tan reflejados en la primera entrega de Rocky, que hay momentos en que la película vive bajo su sombra. Ahí está el problema con Michael B. Jordan, que intenta parecerse demasiado a Stallone en su primer papel como el "potro italiano". Lo siento Jordan, pero Stallone solo habrá uno.

Rocky habría atravesado la pared
Estos momentos los podemos observar en todo el primer acto de la película y parte del segundo. Es cierto que la idea planteada sobre los inicios de Creed (de dónde viene, quién es, su intención de labrarse su propio nombre, etc) es un gran acierto y diferente a lo que fueron los inicios de Rocky. Pero llega un momento, en que esas dos líneas se entrecruzan y se asemejan demasiado.

Al guión le falta originalidad en ese sentido. Ya no es que esté haciendo un homenaje a esta saga tan mítica en la historia del cine, sino que se acerca demasiado a ella. Lo cual es peligroso porque entonces vienen las comparaciones.

Sin embargo, ya casi llegando al final del segundo acto, vemos lo que es un giro en cuanto a la trama. El problema de este giro, es que no te sorprende. Es decir, el film toma un rumbo distinto. Vemos primero la relación entre Bianca y Creed, que recuerda mucho a la que tuvieron Adrian y Rocky. Pero como hemos dicho antes, se intenta parecer tanto que es inevitable comparar las situaciones. Ni Jordan es Stallone, ni tampoco Tessa Thompson es Thalia Shire.

Ahora bien, todo esto luego queda en un segundo plano porque tenemos ese giro al que intenta llevarnos la película en su tramo final. Es más que correcto. Realmente este giro no intenta sorprenderte porque te lo van planteando poco a poco, lo vas viendo venir y sabes bien por dónde irá. El tema es que este elemento es único en Creed, y uno se llega a plantear el por qué no iniciaron con esta trama.

Empezar la película con todo esto y luego ir desarrollando poco a poco. Es la mejor parte que tiene Creed, pero todo va muy rápido porque te encuentras en el tercer acto y tienes que ir terminando con el gran combate. Ese cambio de trama, ese giro es quizás lo que no encaje. Quisieron que fuera tan parecida a Rocky, que perdieron su rumbo. Al final lo encuentran, muy cierto. Consiguen llevarlo por el buen camino y que el film tenga su propia personalidad. Lo único, que lo hicieron tarde.

Por supuesto, en toda esta trama tiene que ver mucho Sylvester Stallone. Vemos ahora a un Rocky distinto de las anteriores, más viejo. Está cansado, está abatido y sus combates ya son historias del pasado. Una historia gloriosa, una leyenda. Pero ya no volverán porque el tiempo y la edad nos pasa factura a todos.



Ya puedes ser tan fuerte como Balboa, tener su musculatura y su espíritu, pero el tiempo es implacable. No nos salvamos ninguno y es algo que, llegado un momento, todos lo aceptamos. Porque sabemos que es ley de vida. Muy posible que este cambio en el boxeador sea el motivo por la nominación de Stallone al Oscar como mejor actor de reparto.

Sin embargo, en mi opinión, no es la mejor interpretación de Stallone ni tampoco de Rocky Balboa. Tiene muy buenos momentos, sin lugar a dudas, pero su personaje tenía mucha más presencia en el anterior film. En Rocky Balboa (Rocky VI), lo vemos mucho más natural y más cercano. No hace el papel de mentor, pero sí el de una persona que conoce sus limitaciones por la edad.

Es posible que sea eso lo que le falle a Creed, el propio personaje de Balboa como mentor. En las anteriores, hemos visto los personajes de Mickey Goldmill, el propio Apollo Creed o incluso el preparador de este último, Tony Duke. Todos ellos los hemos podido ver en la saga de Rocky como mentores y preparadores. Cada uno, tenía tan mala leche como el anterior.

Mickey era tan viejo y cascarrabias como mal hablado. No paraba de maldecir y soltar tacos. Pero era su manera de ser y te enseñaba a través de su experiencia. Apollo Creed era lo más exigente que podías encontrar. Nunca estaba satisfecho, siempre pedía más. Hasta que no llegaras adonde llegaba él, no dejaba de machacarte. Tony Duke, el mánager de Apollo, era también su mejor complemento porque tenía muchos rasgos de Mickey. Sus frases durante los combates, sus consejos son cosas que siempre quedará en nuestro recuerdo.

Balboa se aleja de todo esto, le falta esa garra que tenían los demás. Podemos decir que es más blando, y lo más acertado hubiera sido meter a un nuevo personaje que lo complementara. Un nuevo Duke que tuviera lo que le falta a Rocky como entrenador.

Pese a todo lo anterior, la película de Creed tiene muchas cosas que son simplemente geniales. Los montajes de los combates con su plano secuencia es algo hecho de forma tan magistral, que te sumerge en la propia mente del boxeador. Está todo tan bien llevado, tanto la dirección como la fotografía, que es una de sus mayores virtudes. Una película más que recomendada para los iniciados en el mundo de la dirección.



Destacar también, el gran trabajo que ha hecho Ludwig Goransson con la banda sonora. Es cierto que algunas canciones, son las mismas piezas que hizo Bill Conti en su día. Pero también ha sabido sacar las suyas propias, tan motivadoras y tan llenas de energía como las del propio Conti. No es fácil de hacer, no es sencillo conseguirlo, pero Goransson lo ha hecho.

La saga de Rocky siempre ha sido característica por su increíble BSO. Tanto las canciones que han hecho Survivor o John Cafferty para la saga, como la famosa Gonna Fly Now de Conti. Esta última todavía se sigue usando en muchos gimnasios, pese al paso de los años. Quien sabe si la canción de If I Fight, You Fight de Goransson conseguirá lo mismo. El tiempo lo dirá.


En conclusión, la película es muy recomendable y quizás sea de lo mejor que podamos ver este 2016. Por supuesto, esta totalmente dirigido a los fans de la saga Rocky. Si no has visto las anteriores, muchos detalles se te pueden escapar o no entender ciertas escenas, porque están pensadas para todos los que hemos recorrido este largo camino en la vida de Rocky Balboa.

Igualmente, sigue siendo espectacular y cautivadora. La leyenda de Rocky ya ha pasado y siempre estará ahí, en nuestra memoria y nuestros corazones. Ahora le toca a Creed labrarse su propia leyenda.


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