viernes, 29 de julio de 2016

Crítica de 'Stranger Things'


La nueva serie bajo la protección de Netflix ha causado furor este verano. Hablamos de Stranger Things, producida y dirigida por los hermanos Duffer. Estos últimos también son responsables de la serie Wayward Pines, aunque el resultado ha sido muy distinto.

Esta serie de ciencia ficción nos sitúa en el año 1983, en un pueblecito llamado Hawkins. Un grupo de niños juega a Dungeons & Dragons, sin percatarse de que han pasado horas y horas jugando en el sótano. La forma de las casas, los aspersores de jardín, el vestuario y la decoración... todo está diseñado para llamar a la nostalgia.

Mike, Dustin, Lucas y Will forman un grupo de amigos, de "pandilla" mejor dicho. Quedan en casa de Mike para jugar, dan paseos con sus bicicletas y se comunican entre ellos por walkie talkie. Los niños no piensan en tener un móvil nuevo e internet aún no ha llegado a las casas. El whatsapp ni se ha inventado y la fiebre del messenger tardaría más de diez años en llegar. Es la década de los 80 y la serie nos lo recuerda a cada paso.

Tras dejar a medias su partida de rol, todos vuelven a casa. Pero Will no llegará a su destino. Desaparece durante la noche, cuando iba con su bici por la carretera. Su madre (interpretada por Winona Ryder) está angustiada, su hermano Jonathan se pone a buscarlo como loco y el jefe de policía Hopper piensa que sólo se trata de una travesura.

Por supuesto, sus tres amigos no se quedan atrás y se suman a la búsqueda de Will. Pero lo que encontrarán no será a su fiel compañero. En medio del bosque, aparece una niña con el pelo rapado. Está muy asustada y desorientada. ¿Quién es esta niña y qué relación tiene con la desaparición de Will?

Este es el escenario inicial de Stranger Things, y a partir de aquí, los acontecimientos se irán desarrollando. De una forma predecible, hay que decirlo. Cualquiera que haya visto cine o series de ciencia ficción, sabe muy bien por dónde van a ir los tiros. Pero en ese caso, ¿por qué ha tenido tanto éxito? Es el llamado factor nostalgia, que aquí está llevado a la perfección.

La nostalgia es un arma de doble filo muy peligrosa. Si no se sabe manejar, te puede dejar fuera. Un ejemplo de ello es la película Super 8 de Abrams, que no tuvo el éxito que se esperaba. El film presentaba demasiados problemas como el desarrollo de personajes (muy pobre) o que intentaba ser "algo" que no debía ser.

Aquí no, la serie de Matt y Ross Duffer te muestra lo que es. Ni intenta ser novedosa ni tampoco cambiar el mundo de la ciencia ficción. Es una historia que ya conocemos, que tiene muchas referencias a las obras de Stephen King o a películas de John Carpenter. Veremos numerosos guiños en forma de pósters, peinados, ropa y un sinfín de elementos.

Todo esto son añadidos, son complementos para una historia simple pero que funciona. Aquí es donde radica su fortaleza. Está muy bien llevado, enseguida conectas con los personajes y te sumerges en la atmósfera de la serie. No le hacen falta giros extraños de guión o clímax sin sentido para justificar un enfrentamiento. Stranger Things va directa a lo que quiere ofrecer y es por eso que el público está muy satisfecho con la serie.

Con respecto al guión, en muchos sitios se comenta que se nutre por King y Carpenter, mencionados antes. A opinión personal, también se nutre de videojuegos. En especial de dos muy famosos en la década de los 90. Los que han visto la serie sabrán muy bien a qué videojuegos me estoy refiriendo, pero lejos de ser algo negativo, la sensación es todo lo contrario. Estas referencias, como todas las demás, están muy bien guiadas y no intentan estorbar al guión.

Igualmente, alguno de sus personajes no está muy bien diseñado. Los hermanos mayores, Jonathan y Nancy, deberían de sentirse más preocupados en algunos momentos. Les falta expresividad, como al jefe de policía. Un poco más y Kevin Costner le gana en interpretación. Además, todo lo que les falta a ellos, le sobra a Winona Ryder en algunas partes de la serie.

Por suerte, solo son en trozos concretos. En otros momentos realmente lo hacen bien, y aparte de esto, los defectos que tienen son compensados con creces por los más pequeños. El grupo de amigos formado por ellos cuatro, más la chica desconocida que encuentran, es la base absoluta de Stranger Things. Ellos (y ella) son los protagonistas, los que verdaderamente llevan el peso de la historia. Son un espejo de lo que fue tu infancia, del pasado que tuviste.

Otro punto a favor es su increíble banda sonora, realizada con sintetizadores y que recuerda mucho a las que hace John Carpenter. Pero de esto hablaremos más extensamente en otra entrada. Comentar también que se escuchan canciones de la época como Should Stay Or Should I Go del grupo The Clash, o Atmosphere de Joy Division. Otras canciones conocidas son White Rabit de Jefferson Airplane o Africa de Toto.

Si todavía tenéis dudas sobre Stranger Things, pues nada mejor que ver unos minutos del primer capítulo. En una elección muy acertada, para mi opinión, Netflix puso en Youtube los primeros minutos del capítulo 1. Una forma de atraer a sus espectadores y de mostrar lo que ofrece la serie.



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