La III Edición del Festival de Cine Fantástico, el FantaElx, volvió a tener lugar en El Escorxador, siendo su duración de sólo un día. Un total de 20 cortometrajes y un coloquio con distintas representaciones del mundo de la ciencia ficción. Los proyectos de Asylum y Tenebrarum Cinema que demuestran que aquí, en nuestro territorio, también se hacen series y cine fantástico de buena calidad.
Azarkia se encarga de realizar eventos de rol en vivo, y King Lucas es un videojuego que busca la nostalgia en los ‘gamers’ más selectos. El libro de Hiperficción o el documental sobre ufología, fueron mostrados en dicho coloquio, sin por supuesto intentar convencer o persuadir al asistente de lo que es real y lo que no.
Los animadores de Cabeza Voladora y los compañeros de Star Wars Alicante tuvieron también su tiempo para darse a conocer y presentar sus futuros eventos. Todo esto hacía de aperitivo, de preámbulo a la muestra de los cortos que se nos mostraron. En esta entrada, analizaremos lo más destacado del Festival; y más adelante, haremos un análisis mucho más en profundidad.
Todo empezó en un agujero en el suelo, donde vivía un hobbit. Pero no, no fue así como empieza el documental ‘Tolkien’s Road’ de Nye Green. Aquí nos muestran más bien la vida de su autor, John Ronald Reuel Tolkien, y de cómo los sucesos que padeció durante la guerra, le cambiaron por completo.
Al mismo tiempo, este cambio también le sirvió para realizar los primeros textos de su obra, que al principio tenían como título ‘El Libro de los Cuentos Perdidos’. Un planteamiento interesante de cómo Tolkien hizo frente a sus traumas, todo ello con una base real de lo que fue la vida del escritor. Un ejemplo de ello es la aparición de C.W. Lewis, amigo de Tolkien en los años donde se basa el cortometraje.
Pero por supuesto, este corto nos plantea la siguiente pregunta. ¿Hasta qué punto confundía Tolkien la realidad con la fantasía?
Seguimos luego con dos cortos más, uno más serio y otro con un toque gamberro y de humor negro. El primero de ellos es They Will All Die In Space, que se llevó la Mención Especial del Festival, y con motivo.
Un thriller que te hace vivir en tus carnes la sensación de estar atrapado en el espacio. La fotografía y el diseño de los escenarios recuerda mucho a Alien de Ridley Scott. Tiene un inicio muy bueno, pero su final abierto deja muchas incógnitas para el espectador. Como trama, algunos puntos a mejorar, pero consigue su propósito. Pero sin duda, lo que más destacó fue su calidad técnica, de lo mejor que se pudo ver.
El segundo fue muy distinto, y se titula Pulsión Sangrienta. Empieza con un repaso a los elementos típicos de las pelis de terror adolescente. Pero enseguida te das cuenta de que está planteado con un humor negro, muy del estilo de Alex de la Iglesia.
De aquí queremos destacar la aparición de Luis Posada en un personaje secundario. Cuando le veáis, quizás no sabréis quién es, pero fijo que su voz os resultará muy conocida.
Pasamos ahora a uno más de terror, que se titula Knock! Knock! El título es sencillo, puesto que se basa en los golpes mismos que puede escuchar una persona cuando está sola en casa. Simple, pero efectivo porque sin duda a todos nos ha pasado que hemos escuchado ruidos extraños o de golpes durante la noche.
Eso sí, aquí se le mete un objeto místico, una caja cuyo interior está habitado por una entidad paranormal, que es la que produce estos golpes por las paredes y armarios.
El siguiente, y este fue el anterior de un pequeño descanso, se titula Manías, de Santi Cruz. De nuevo, el humor macabro vuelve a aflorar, aunque llevado con un estilo distinto. Todos tenemos nuestras manías, y la de el protagonista de este corto, no es otra que la de comer carne. Pero carne humana, por supuesto.
Una de las caras conocidas de este corto es Daniel Retuerta, que os sonará por ser uno de los niños de la serie Compañeros.
Tras la pausa, vimos uno de los cortos más emotivos que se mostraron. No es que fuera de miedo, ni tampoco un drama. Más bien, fue una muestra de realidad, cruda en más de una ocasión. Hablamos de Acabo de tener un sueño, de Javier Navarro.
Dos niñas tienen el mismo sueño, en la misma noche. Sin embargo, mientras que para la primera de ellas, el sueño ha sido una pesadilla porque tenía menos cosas de las que tiene ahora; para la otra fue algo increíble y bonito. Esto último es porque esta segunda protagonista, tiene más cosas en el sueño que en la vida real.
Imaginaros si entonces hubiera tenido un sueño, pero que fuera la propia vida de la primera protagonista. Sería como estar en el paraíso. La línea que separa a los mundos desarrollados y subdesarrollados.
Algo que, por desgracia, nos está tocando vivir en el día a día con todo lo ocurrido en Siria y Francia. Quizás cortos como este consiga que muchas personas puedan abrir sus ojos y su mente, a los problemas que padecemos en la actualidad.
Otro que nos pareció muy bueno es The Fisherman. Al principio, tiene pinta de ser una historia normal, un pescador que debe recoger pescado y demás para poder pagar el alquiler de su barco.
Pero hace unos años, algo le arrancó una de sus manos. Él dice que fue un “calamar gigante”, y por supuesto, los demás lo toman por loco. Como si el mismo capitán Ahab de Moby Dick hubiera poseído a este pescador, busca sin cesar a ese “calamar” que le arrebató su mano.
Aquí viene lo bueno, la historia da un giro inesperado, a un estilo muy de cuentos de H.P. Lovecraft. Si os gustaron relatos de dicho autor o habéis jugado a alguna partida de rol en Innsmouth, entonces os gustará este corto.
El terror siguió teniendo acto de presencia, y más con este corto titulado Dr. Dentonn. Ya sabéis que de pequeños, los adultos siempre nos cuestan historias de monstruos o seres que abundan por la noche, más que nada, para que nos vayamos a dormir pronto.
Pero ¿Qué pasaría si en verdad, estos cuentos de miedo tuvieran una base real? ¿Si existieran de alguna forma estas criaturas nocturnas? Con esta premisa tan sencilla y con una estructura básica, consiguen mantener en vilo al espectador. También ayuda la buena banda sonora de dicho corto, de las mejores que se mostraron en el FantaElx.
Llegamos pues, a los tres cortos premiados durante el Festival. Vamos a empezar con el corto que ganó el premio al Mejor Corto Alicantino. Su título es El Sótano, de Manuel Galipienso. La historia no fue nada del otro mundo, es algo que hemos visto muchas veces. Un sótano oscuro donde hay algo oculto y enterrado. Pero este corto, juega con tu nostalgia y con un lugar que muchos conocen.
La historia transcurre en la cerrada discoteca KKO. Así es, allí donde has ido a bailar esas sesiones “remember”, resulta que también oculta algo, en el sótano.
El siguiente premio fue para el de Mejor Corto Nacional, que se lo llevó ‘El Bosque Negro’ de Paul Urkijo. Como guión, no es nada que no se haya visto antes. Un caballero que se adentra en un bosque encantado para salvar a una princesa.
Claro, algo distinto tiene que tener para llevarse dicho premio, y es que hay partes en que se ríe de sí misma. Muy al estilo de Evil Dead, que para variar, pasando por alto las advertencias que te van diciendo.
Otro aspecto que también destaca es su ambientación, lo real que parece. Bueno, de hecho, fue rodado en los bosques del norte, dándole un toque más de realidad a dicho corto, que acerca más la historia al espectador.
Terminamos ya, con el ganador de esta III Edición del FantaElx. El corto sin duda, fue algo que nos dejó marcados a todos los asistentes. Es por eso que triunfó y ganó. Se titula Gwilliam y su autor es el americano Brian Lonano.
¿De qué va dicho corto? Cuanto menos sepáis, mejor. Ahora, desde aquí os avisamos de que puede herir algunas sensibilidades y que os puede traumatizar un poco. A nosotros nos hizo mucha gracia por lo macabro y el giro cómico que da la historia, pero también somos conscientes de que no todo al mundo le gustará y que está enfocado a un público en concreto.
Igualmente, pensamos que es justo ganador porque rompe con lo establecido y su director se arriesga a hacer algo distinto. Para que os hagáis una idea, es como las decisiones que toma Frank Darabont en sus películas.
El director sabe que esto quizás no le guste al público, pero se arriesga. Lo lleva al final, lo hace y consigue impactar. Consigue su objetivo y deja descolocado al espectador. Es esto lo que también consigue Lonano con ‘Gwilliam’ y es por eso mismo que fue el ganador.
Llegamos al final, y de nuevo, estamos agradecidos a los organizadores de dicho Festival por realizarlo y mostrar cine fuera de lo más convencional. Además, estuvimos muy bien acompañados y nos gustaron los proyectos que se presentaron durante el Coloquio.
Esperamos con ganas la siguiente edición, donde volveremos a estar, a menos que nos lo impida alguna entidad sobrenatural, calamares gigantes o pequeños monstruos que se esconden en los cubos de la basura.
Pasamos ahora a uno más de terror, que se titula Knock! Knock! El título es sencillo, puesto que se basa en los golpes mismos que puede escuchar una persona cuando está sola en casa. Simple, pero efectivo porque sin duda a todos nos ha pasado que hemos escuchado ruidos extraños o de golpes durante la noche.
Eso sí, aquí se le mete un objeto místico, una caja cuyo interior está habitado por una entidad paranormal, que es la que produce estos golpes por las paredes y armarios.
El siguiente, y este fue el anterior de un pequeño descanso, se titula Manías, de Santi Cruz. De nuevo, el humor macabro vuelve a aflorar, aunque llevado con un estilo distinto. Todos tenemos nuestras manías, y la de el protagonista de este corto, no es otra que la de comer carne. Pero carne humana, por supuesto.
Una de las caras conocidas de este corto es Daniel Retuerta, que os sonará por ser uno de los niños de la serie Compañeros.
Tras la pausa, vimos uno de los cortos más emotivos que se mostraron. No es que fuera de miedo, ni tampoco un drama. Más bien, fue una muestra de realidad, cruda en más de una ocasión. Hablamos de Acabo de tener un sueño, de Javier Navarro.
Dos niñas tienen el mismo sueño, en la misma noche. Sin embargo, mientras que para la primera de ellas, el sueño ha sido una pesadilla porque tenía menos cosas de las que tiene ahora; para la otra fue algo increíble y bonito. Esto último es porque esta segunda protagonista, tiene más cosas en el sueño que en la vida real.
Imaginaros si entonces hubiera tenido un sueño, pero que fuera la propia vida de la primera protagonista. Sería como estar en el paraíso. La línea que separa a los mundos desarrollados y subdesarrollados.
Algo que, por desgracia, nos está tocando vivir en el día a día con todo lo ocurrido en Siria y Francia. Quizás cortos como este consiga que muchas personas puedan abrir sus ojos y su mente, a los problemas que padecemos en la actualidad.
Otro que nos pareció muy bueno es The Fisherman. Al principio, tiene pinta de ser una historia normal, un pescador que debe recoger pescado y demás para poder pagar el alquiler de su barco.
Pero hace unos años, algo le arrancó una de sus manos. Él dice que fue un “calamar gigante”, y por supuesto, los demás lo toman por loco. Como si el mismo capitán Ahab de Moby Dick hubiera poseído a este pescador, busca sin cesar a ese “calamar” que le arrebató su mano.
Aquí viene lo bueno, la historia da un giro inesperado, a un estilo muy de cuentos de H.P. Lovecraft. Si os gustaron relatos de dicho autor o habéis jugado a alguna partida de rol en Innsmouth, entonces os gustará este corto.
El terror siguió teniendo acto de presencia, y más con este corto titulado Dr. Dentonn. Ya sabéis que de pequeños, los adultos siempre nos cuestan historias de monstruos o seres que abundan por la noche, más que nada, para que nos vayamos a dormir pronto.
Pero ¿Qué pasaría si en verdad, estos cuentos de miedo tuvieran una base real? ¿Si existieran de alguna forma estas criaturas nocturnas? Con esta premisa tan sencilla y con una estructura básica, consiguen mantener en vilo al espectador. También ayuda la buena banda sonora de dicho corto, de las mejores que se mostraron en el FantaElx.
Llegamos pues, a los tres cortos premiados durante el Festival. Vamos a empezar con el corto que ganó el premio al Mejor Corto Alicantino. Su título es El Sótano, de Manuel Galipienso. La historia no fue nada del otro mundo, es algo que hemos visto muchas veces. Un sótano oscuro donde hay algo oculto y enterrado. Pero este corto, juega con tu nostalgia y con un lugar que muchos conocen.
La historia transcurre en la cerrada discoteca KKO. Así es, allí donde has ido a bailar esas sesiones “remember”, resulta que también oculta algo, en el sótano.
El siguiente premio fue para el de Mejor Corto Nacional, que se lo llevó ‘El Bosque Negro’ de Paul Urkijo. Como guión, no es nada que no se haya visto antes. Un caballero que se adentra en un bosque encantado para salvar a una princesa.
Claro, algo distinto tiene que tener para llevarse dicho premio, y es que hay partes en que se ríe de sí misma. Muy al estilo de Evil Dead, que para variar, pasando por alto las advertencias que te van diciendo.
Otro aspecto que también destaca es su ambientación, lo real que parece. Bueno, de hecho, fue rodado en los bosques del norte, dándole un toque más de realidad a dicho corto, que acerca más la historia al espectador.
Terminamos ya, con el ganador de esta III Edición del FantaElx. El corto sin duda, fue algo que nos dejó marcados a todos los asistentes. Es por eso que triunfó y ganó. Se titula Gwilliam y su autor es el americano Brian Lonano.
¿De qué va dicho corto? Cuanto menos sepáis, mejor. Ahora, desde aquí os avisamos de que puede herir algunas sensibilidades y que os puede traumatizar un poco. A nosotros nos hizo mucha gracia por lo macabro y el giro cómico que da la historia, pero también somos conscientes de que no todo al mundo le gustará y que está enfocado a un público en concreto.
Igualmente, pensamos que es justo ganador porque rompe con lo establecido y su director se arriesga a hacer algo distinto. Para que os hagáis una idea, es como las decisiones que toma Frank Darabont en sus películas.
El director sabe que esto quizás no le guste al público, pero se arriesga. Lo lleva al final, lo hace y consigue impactar. Consigue su objetivo y deja descolocado al espectador. Es esto lo que también consigue Lonano con ‘Gwilliam’ y es por eso mismo que fue el ganador.
Llegamos al final, y de nuevo, estamos agradecidos a los organizadores de dicho Festival por realizarlo y mostrar cine fuera de lo más convencional. Además, estuvimos muy bien acompañados y nos gustaron los proyectos que se presentaron durante el Coloquio.
Esperamos con ganas la siguiente edición, donde volveremos a estar, a menos que nos lo impida alguna entidad sobrenatural, calamares gigantes o pequeños monstruos que se esconden en los cubos de la basura.
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